Cada vez, más personas no autorizadas se arriesgan a quitar por su cuenta la uralita y otros elementos con amianto, creyendo que no les puede pasar nada mientras no les pillen, sin contar con los correspondientes permisos y licencias para ello. Es una práctica extendida que está costando importantes multas, tanto a propietarios como a empresas no homologadas.
Existen registros cartografiados de todas las edificaciones que contienen uralita de amianto, por lo que no contar con personal cualificado y la correspondiente documentación certificada, puede salir muy caro en un futuro. Aunque se piense que se haya deshecho con éxito de estos materiales y nadie se dará cuenta, es un riesgo enorme, no sólo a nivel de salud. Además, es vital disponer de la documentación y licencias que acreditarán siempre que estos residuos fueron retirados adecuadamente, pudiendo demostrar así haberlos sustituido también por otros elementos seguros.